Menorca, declarada reserva de la la Biosfera por la UNESCO en 1993, es la isla de las Baleares que mejor conserva su patrimonio natural. La isla está divida por una falla que la parte de Este a Oeste, haciendo que geológicamente haya una gran diferencia entre las playas del Norte y las del Sur. Así mientras en el Sur abundan las calas de arena blanca rodeadas de pinos, en el norte encontramos una gran variedad de rocas rojas y doradas que, junto a lo agreste del terreno, le confieren un aspecto mucho más salvaje a sus playas. 

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